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Colaboraciones de Francisco Arias Solís

LOS PERVERTIDORES DEL LENGUAJE por Francisco Arias

"¿Dijiste media verdad?

Dirán que mientes dos veces

si dices la otra mitad."

Antonio Machado

PARA PERVERTIR EL LENGUAJE HAY QUE TENER UNA MENTALIDAD PERVERTIDA

Hay muchos modos de usar el lenguaje: para referirse a un objeto, para describirlo, para informar de algo a una persona o varias, para expresar satisfacción, dolor, indignación, alegría; para doblar el espinazo, hacerse rogar, mentir... En ocasiones se usa el lenguaje con el fin de confundir, dar pistas falsas. ¿Cuándo y en qué medida, cabe jugar el lenguaje perversamente? Parece que debe ser en el último caso mencionado. ¿No se pervierte el lenguaje cuando se lo usa (como algunos filósofos griegos decían) "afirmar que lo que no es es , o mantener que es lo que no es"? ¿Cuándo se recurre a él con el propósito de engañar, defraudar o mentir?

La verdad es que no; por reprobables que sean la producción de confusión y la mentira, no son perversiones lingüísticas. La verdadera, auténtica perversión tiene lugar cuando se usa el lenguaje para decir cosas que significan otras (generalmente, las opuestas), a la vez que, en virtud de una hábil elección, o combinación de palabras, parece seguir queriéndose decir lo que se dice.

Sostener como ha hecho un conocido político conservador, que despedir a una persona equivale simplemente a decir algo así como "desde este momento queda usted liberado de las responsabilidades de su empleo" no es, aunque mucho lo parece, una perversión lingüística: es sólo una manifestación de hipocresía.

En un famoso libro de Orwell, publicado en 1984 se citan varios casos de perversiones lingüísticas. El Ministerio de Información, encargado básicamente de desinformar, y de mentir, se llamaba "Ministerio de la Verdad". Entre las consignas más extendidas figuraban "La guerra es la paz", "La libertad es la esclavitud", "La ignorancia es la fortaleza". Para ser más aceptable esta perversión, se podía además, organizar el vocabulario de un modo apropiado; puesto que se puede abreviar "Ministerio" por "Mini", ¿por qué no abreviar también "verdad" por "dad"? Tenemos entonces un "Minidad" con el que , al final, poca gente asociarán la verdad a ningún ministerio.

Aunque parezca increíble, estas perversiones no son totales. Decir "Minidad" en vez ce "Ministerio de la Verdad", y "verdad" en vez de "mentira", "falsedad", "desinformación", es ya un modo de reconocer que hay que dorar la píldora. La verdadera perversión lingüística tiene lugar cuando lo que se dice se parece tanto a lo que se quiere decir que nadie se da por engañado y, sin embargo, nadie lo encuentra completamente ofensivo. Inevitablemente, se cometen estas perversiones lingüística cuando lo que se quiere decir, y de todos modos se dice, resultaría chocante dicho de otro modo.

Quiero poner de relieve que no siempre que un político, oculta algo, o da rodeos, o echa mano de imágenes o metáforas pervierte el lenguaje. La política tiene un ingrediente casuístico y "desinformativo" inevitable. Para caer en la perversión lingüística hay que jugar mucho más fuerte. Hay que tener además una mentalidad realmente pervertida. Y como dijo el poeta: "Lo que tú me estás diciendo / ni tú lo puedes creer / ni yo me lo estoy creyendo".

Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias

Será vano el intento de humanizar las guerras. Lo humano es evitarlas.

Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:
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Gracias.