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LA FILOSOFÍA SIN ALZHEIMER por Óscar Portela

Me entristece no estar de acuerdo en éste tema con el amigo Jaime Richard:
no se trata de ninguna manera de lo que la escolastica llamó falsamente
"filosofía peremnis", incluso del "eidos platónico", todos sabemos que el
hombre está sobre la tierra, sobre su finitud y derelición o deyección, en
la que insistió hasta el cansancio Martin Heidegger dispuntado en su dialogo
con la historia del pensamiento,precisamente sobre la diferencia que existe
entre lo historico como cronolgía de un tiempo lineal vulgar, y auqello que
abre al hombre al dialogo con su pasado, con lo no dicho ni acontecido en su
hoy, y que guarda celosamente su pasado. Los filosofos ni sus sistemas no
pueden archivarse en discos rigidos, ni tan siquiera lo que llamamos
falsamente literatura, y sofisticamente, mito: todo aquello permanece para
que a martillazos, tal lo hizo Nietzsche, o merced a la "destruktión" lo
hiciera: (en lo que respecta a la sistémica, solo Aristoles, Tomás,
Spinoza, Leibnitsz o Spinoza,pueden ser honestamente considerados como
filosofos "sistemáticos",recordemos el apotegma de Nietzsche: " donde otros
scriben libros, yo escribo un aforismo")
Heidegger: no se trata aquí de destrucción en el sentido vulgar, sino de
abrir picadas en el bosque del pensar": en éste y no en otro sentido yerran
el cientificismo, el positivismo lógico, y el pragmatismo americano. Solo un
dialogo fecundo con lo dicho en las secuencias de un tiempo vulgar, puede
conducirnos a la senda de la salvación, y a una segura morada para el
hombre.
El problema de la errancia metafisica, se pone de manifiesto en la falta de
" identidad cultudad", de intrahistoricidad ( termino usado por Unamuno), de
memoria historica, que impuso al mundo el modelo politico-social y
calvinista yankí: primero, para hacerse de una "identidad", ya que la suya
es serial, trataron de conquistar "historias ajenas", convirtiendosé en el
"coup de cap", de una Europa que no supo reaccionar en su momento, luego
imponiendosé mediante las desatadas furias de la "esencia de la
técnica-oculta en la esencia de la metafisica", imponiendo merced a la
cultura planetaria y la globalización económica, su estilo de de concebir la
realidad, su imago mundi", pobre y terminal.
Lo que Europa debe hoy cuidar más que nada, no atañe solo a las luchas por
el espacio fisico, por cualquier tipo de mallatusianismo económico, sino
sobre la barbara colonización de los "mercados culturales", sobre los cuales
ha conseguido imponer un monopolio absoluto, de al modo que los paises del
tercer mundo como el mio, sienten la opreción que los medios difunden, de
arquetipos culturales dignos del rechazo más absoluto: nada llega a éstos
paices desde Europa, Asia, u otro mercado, que no sea lo impuesto desde
Miami o Los Angeles: la juventud ha sido hipnotizada y manejada sus
pulsiones por éste modelo.
Mercados abiertos a la indiferencia, tejidos sociales necrosados, economías
devastadas, corporaciones políticas muertas, desocupación tráfico y consumo
masivo de drogas baratas, deforestación, y transito de armas utilizadas por
el terrorismo: ese es el mensaje que viene desde yankilandia, y la música
tecno que convierte lentamente desde los timpanos, al hombre en un
"chimpance": ellos dice Godard en su "Elogio del amor" " venden maquinas
parlantes que no dicen nada", y nos dejan la "puerta trasera para entrar a
la historia": en verdad una historia muerta que no puede ya realizarce,
si depende solo de la voluntad del hombre.
Los sesenta, con uconias o nó, nos mostraron fuerzas que trataron de cambiar
el rumbo, pero equivocaron el diagnostico y la estrategia: hoy, la educación
- la verdadera "paideia" como la entendían los griegos-, ha sido cancelada
por la inmovilidad y el autismo del chat. Como podemos salir de ésto si la
juventud desconoce hasta su propia lengua, sobre la cual trabaja la cultura
de la imagen y sonido?
La respuesta es sencilla, esta junto a esos pensadores solitarios, que
llegaron a nosotros en manuales que no son ni serán filosofía, en textos que
desde Esquilo a Shakespere y Moliere, nos devuelban la imagen trágica del
alma del hombre que oculta aún demasiados misterios. El crepúsculo se
anuncia en verdad, cuando no existe nadie que piense el mundo como tal.

Oscar Portela- 29 de septiembre del 2004

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